si me dejaras ir contigo en la noche,
en la hora parda del metro, antes
de amanecer, si pudiera acoger,
contemplar todo hueso tu rostro, el gesto
de fiera que piensa y vive sola, si no
se removieran airadas las palabras,
si no sintiera el viento que azota los
árboles arriba; qué hice que no
recuerdo, qué hicieron, dónde
ocurre la vida y es libre y no
benigna, dónde con su herida
lo solo del animal