Montresor ha planeado durante mucho tiempo una forma de reparar las injurias del vanidoso Fortunato. La fiesta del carnaval será el momento ideal para que Fortunato se encuentre con Montresor y le pida que lo ayude a saber si un barril de un exquisito vino que le están por vender es auténtico. Fortunato, entusiasmado por la propuesta, se deja llevar por Montresor a unas húmedas y oscuras catacumbas donde, poco a poco, irá embriagándose con copas de vino sin imaginar cómo acabará el destino de su borrachera.