Renata, una chica trans, que trabaja sobre la calle de Romero, esquina con Tlalpan, en la alcaldía de Benito Juárez, ha visto como el coronavirus le espanta la clientela. Las cuentas ya no le salen a la sexoservidora, que mantiene a su hermana, a sus dos sobrinos y a su mascota. El gobierno de la Ciudad de México anunció que ayudaría a las sexoservidoras con 1,500 pesos para que puedan comprar medicinas y alimentos. Renata no los ha recibido.