Todos los mayores de 40 años conocimos las monografías, fueron nuestras aliadas al hacer la tarea, nos evitaban ir a sacar la enciclopedia o hacer el dibujo de la Batalla de Puebla. Esas hojas con ilustraciones de un evento histórico y al reverso la historia resumida que vendían en la papelería, aún existen, y están en mejor estado de lo que nos imaginamos. Fernanda Zúñiga, que no usó monografías, fue a seguir el rastro de un negocio que pensamos muerto y encontró que aunque ha sufrido algunos golpes, se siguen produciendo, vendiendo y hasta actualizando.