A finales de los años ochenta, la designación de embajadores entre cárteles que ayudaran a solventar negocios y desacuerdos permitió establecer las reglas para el trasiego ilegal entre México y Colombia. Estos embajadores eran llamados emisarios. En esta novela un hombre finge ser su hermano muerto para poder entrar al mundo del narcotráfico. Debe entregar un paquete de droga, pero el trabajo sale mal. Se desata entonces una doble fuerza implacable: la de los criminales que lo persiguen para hacerlo rendir cuentas y la del huracán Alex que azota sin piedad la ciudad de Monterrey.