Yukio Mishima es una de las figuras intelectuales y artísticas más impactantes y versátiles del Japón moderno. Devoto seguidor de la ética samurái y crítico acerbo de la acelerada modernización de su país, su solemne suicidio en noviembre de 1970, cuando apenas tenía 45 años, fue la más sincera y radical de todas sus obras.