¿De dónde procedía ese hedor? ¿A qué se debía el silencio sepulcral que rodeaba el número 594 de la calle Sauces, en Pioz? Siguiendo el rastro del insoportable olor, el 17 de septiembre del 2016 la Guardia Civil descubrió su origen: se trataba de los cuatro cadáveres de una familia brasileña metidos en seis bolsas de basura. Llevaban muertos más de un mes.
En un primer momento, todo podía parecer la obra de un sicario, o una venganza más típica de una organización criminal, como el narco o la mafia. Nada encajaba con los crímenes vistos nunca en España. Así arrancó la investigación de uno de los asesinatos más brutales de nuestra historia y que la policía supo resolver magistralmente.
Patrick Nogueira tenía diecinueve años cuando asesinó y descuartizó a sus tíos, Marcos y Janaína, y a sus primos, David y Carolina, de uno y tres años. Un crimen que retransmitió en directo a través de las redes sociales a su mejor amigo. Algo nunca visto anteriormente, un crimen verdaderamente del siglo XXI.