Marcus solo tiene quince años, pero no ha tenido infancia. Pertenece a una banda cuyo violento líder, Zola, obliga a sus miembros a robar y a cometer otros actos criminales. Cuando amenaza con mutilarlo para que dé más pena, Marcus huye. Pero antes descubre el cadáver de un hombre cerca del escondite de Zola. Más tarde, Marcus averigua que el muerto era William Stark, responsable de un proyecto de ayudas al desarrollo en Camerún, y se convierte así en un peligro tanto para Zola, que ejecutó el asesinato, como para quienes se lo encargaron, personas poderosas que desviaron los fondos del proyecto.
La investigación arrastrará a Carl, Assad, Rose y Gordon, el nuevo miembro del Departamento Q, a una ciénaga de corrupción y crímenes en el mundo de la política y la economía, cuyos tentáculos llegan hasta la selva africana.