El 23 de marzo de 2015, la policía de la Ciudad de México encontró el cadáver de una niña, abandonado en una maleta entre dos carros. Las autoridades nunca lograron identificarla. Tampoco encontraron a sus asesinos. El cadáver de la niña se pasó un año en las cámaras frigoríficas de la morgue de la ciudad. Al final le pusieron un nombre y la enterraron. La convirtieron en un símbolo de lo que no puede pasar. Pero, ¿cuántos niños mueren asesinados en la Ciudad de México cada año?