Mucho tiempo después de la primera adolescencia, Abelardo decide hablarle a César, porque algo le quedó atragantado. Tiene que pedirle perdón, porque la noche que los llevaron a "conocer a Dios" Abelardo no cuidó a César sabiendo a lo que lo empujaba.
Una historia dulce desde el dolor que Abelardo Castillo publicó en 1959 en la revista literaria El grillo de papel e integra su antología Las otras puertas.