Hay libros en los que es mejor no abrir una grieta en la noche. Este es uno de ellos. Asomarse puede ser caer al vacío, donde las familias no son espacios seguros, las calles acaban siendo un bucle, las pesadillas regresan para recordarnos por qué están aquí y ni siquiera los vínculos fraternales se conocen a profundidad. Asomarse es estar delante de una fabuladora extraordinaria, una revolución en la escritura mexicana, encendida por veladoras y pirotecnias, alimentada de golpes de boxeo y dentelladas felinas, poblada de desaparecidas, narco satánicos o amantes. Si leer es siempre precipitarse, leer a Laura Baeza es sumergirse al mismo tiempo en el vacío y en la oscuridad. Abrir una grieta bajo los pies.
Con una escritura experimentada y sólida, de ejecución precisa y capaz de crear la sutilidad de los pequeños detalles, Laura Baeza nos empuja a un mundo oscuro rasgado por fogonazos de violencia y muerte, de pobreza y fracturas. Un detective investiga la muerte de una curandera, el mundo del boxeo como tabla de salvación, la periferia explosiva de las grandes ciudades o la pesadilla de los feminicidios recorren una salvaje Ciudad de México que nos acerca a nuestros propios miedos y terrores. Sin duda estamos ante una escritora que se va a convertir en referente en nuestro idioma los próximos años.
De Laura Baeza se ha escrito: «Baeza abre un mundo en el que se cruzan espacios y tiempos para abordar la dificultad de las relaciones familiares», Alejandro Santos Cid, El País; «Baeza igualmente acude a lo fantasmagórico para adjetivar lo sobrecogedor, aquello que dejó una huella, señal o estela que se puede percibir aún», Lola Ancira, Langosta Literaria; «Consigue atrapar al lector, moverlo a su voluntad, hacer que imagine escenarios y situaciones en los que fácilmente se puede generar empatía con sus personajes», Feminísticas.