Los genes no son los responsables de la desigualdad pero llevan impresas las marcas que ha dejado a lo largo de nuestra historia.
La creciente desigualdad en el siglo XXI es un grave problema social y sus causas y consecuencias provocan debates y controversias que implican desde agentes sociales y políticos hasta economistas. En Desigualdad, Carles Lalueza-Fox ofrece una visión totalmente nueva de este tema al examinar las huellas genéticas dejadas por la desigualdad en los humanos a lo largo de su historia.
Lalueza-Fox describe una serie de estudios genéticos, que son ahora posibles gracias a nuevas tecnologías de secuenciación del ADN, que revelan repetidos episodios de desigualdad en las sociedades antiguas: poderosos sobre pobres, hombres sobre mujeres y poblaciones tecnológicamente avanzadas sobre sociedades tradicionales.
A través de su ADN, los esqueletos anónimos del pasado pueden hablarnos por primera vez y nos cuentan sus historias de sufrimiento y desigualdad. Y nosotros, que somos en buena medida los descendientes de los que practicaron la desigualdad en el pasado, estamos en situación de preguntarnos cómo pensamos afrontarla en el futuro.