Cuando Olimpia se da de bruces con su pasado, presiente que sus problemas no han hecho más que empezar. Allí estaba él, mirándola fijamente con sus ojos negros, sin previo aviso y más atractivo todavía de lo que recordaba. Y Olimpia que creía que lo había superado...
Como ella es una optometrista de lo más profesional, está dispuesta a probarse todas y cada una de las lentes correctoras que ha ido acumulando a lo largo de los años: las de los “sueños rotos”, las de la “venganza”, las de la “solitaria estabilidad” y las de “la ilusión”. Pero no se decide a probar esas que llevan por marca “Dale Otra Oportunidad”.
Menos mal que en esta montaña rusa que es la vida estará acompañada por sus estupendos jefes, Gerardo y Arturo, parientes de “su pasado”, su inseparable amiga Lola, quien sufre el ataque de las malditas hormonas, y su hermano Nico, un Dj enemigo de la pena que está deseando poner ritmo a la banda sonora de su futuro.