Dicen que los amigos son como nuestra segunda familia y, en mi caso, es un hecho muy real. Max, Nancy, Patricia y Peter son una parte esencial de mi vida. Puede que les oigáis decir que soy algo alocada, sexy, imponente y muy descarada, pero no os creáis ni la mitad, son bastante exagerados. La verdad es que tengo una vida social y laboral envidiables pero, si hablamos de la sentimental, es un completo caos porque me encanta jugar y eso conlleva ciertos riesgos. A María la vuelvo loca y a mi jefa... Bueno, el hobby de Kenet es hacerme la vida imposible y el mío, conseguir que pierda los nervios. En mi juego de seducción solo tengo una regla básica: mis labios están prohibidos. Creo que los besos tienen más valor e importancia del que la mayoría de la gente les da: son el reflejo del alma y no se pueden fingir. Por eso yo solo se los doy a quien considero especial. ¿Tiene algún sentido?
Marta Garzás nos ofrece una historia que se lee con la misma intensidad con la que la viven sus personajes.
Grabado en español ibérico (España).