Maldito… Esa es la palabra que Gerald Kenston utiliza para describirse.
Pese a sentirse solo, la mezcla de sangre y la tragedia que vivieron sus padres, le impide que busque a la mujer que pueda liberarlo de esa maldición.
Sin embargo, el destino es caprichoso y pone en su camino a una mujer que, desde el momento que la conoce, no solo le hace perder la sensatez, sino que le produce tal atracción, que no puede apartarse de ella ni un solo segundo.
«Cuando los sentimientos de posesión, territorialidad, protección y el espíritu que guardas en tu interior renace de sus cenizas, estarás frente a la mujer destinada para ti».
¿Tendría razón su abuelo paterno? ¿La sobrina de Kathy será su esperanza? ¿Cómo actuará Emma cuando descubra el secreto de Gerald?