El cambio es difícil. Es un reto cambiar nuestros hábitos arraigados, tanto si pasamos de un estilo de vida sedentario a hacer ejercicio a diario, como si pasamos de atiborrarnos de patatas fritas y helado frente al sofá o de coger cualquier comida que nos apetezca sobre la marcha y pasamos de eso al estilo de vida paleo.
Pero hay cosas que puedes hacer para ayudarte a cambiar los malos hábitos por los buenos.
Si estás leyendo este informe, quieres hacer un cambio, así que ¡felicidades por tomar esa decisión! En una sociedad cada vez más sedentaria y que se alimenta de comida basura procesada, esto te sitúa en un grupo de élite y deberías estar orgulloso de ello.
Cambiar los hábitos de alimentación y ejercicio son dos de los retos más difíciles de afrontar. Nuestra sociedad gira en torno a la comodidad y la conveniencia: mandos a distancia para todo, autoservicios de comida rápida, etc. Además, la comida es un elemento central en torno al cual giran las reuniones sociales. Es difícil nadar a contracorriente.
Cambiar tus hábitos de nutrición y ejercicio puede facilitar la realización de otros cambios en tu vida. Creo que todos los cambios positivos se derivan del cambio positivo de tus hábitos de nutrición y ejercicio.
Consigues mucho más que un cuerpo que queda bien en la playa (aunque eso también es divertido).
Se desarrolla la autoestima, la confianza, una gran salud, la disciplina y la capacidad de establecer y alcanzar objetivos.
Todo esto fluye en tus relaciones personales y profesionales y de repente encontrarás cambios positivos en todos los aspectos de tu vida.