Diez es precisamente un libro en contra de una escritura tediosa de imposturas ante las que Emar sentía un franco rechazo. La realidad que expresan los relatos de este volumen está filtrada por el recelo y la paranoia. Son estados de ánimo que se interrogan y se revuelven de manera maniática en el afán de encontrar siempre precisiones geométricas y numéricas.