Desde que mis vecinos tuvieron aquel accidente no soy la misma. Cuando aún salía el sol me pasaba las tardes con mi cámara de fotos, pero ahora todo ha cambiado. No puedo dormir, y tengo visitas recurrentes al borde de mi cama de la criatura de cuernos de humo negro. Hay un anciano en mis sueños que me dice que marche hacia la catedral, y que si la encuentro seré capaz de salir del bucle en el que me he visto atrapada durante tantos meses... pero solo tengo a Luca, y no hay ni rastro del sol en el cielo.