El dengue es una enfermedad para la que no existe vacuna ni antídoto, y sólo la prevención queda a los pueblos y a los gobiernos para reducir sus efectos, que en el mejor de los casos implican la incapacidad temporal de quien la padece y, en el peor, la muerte.
En México, sin embargo, la prevención es una palabra que sólo cabe en los discursos y declaraciones políticas, no en la práctica, tal como se refleja no sólo en las estadísticas al alza sobre esta enfermedad, sino también la cotidianidad de una pequeña localidad del país, Lerdo de Tejada, el municipio con mayor incidencia de dengue, ubicada en el estado con el mayor número de casos, Veracruz.