Samuel es un hombre tranquilo, es maestro en una de las universidades más prestigiosas de México, tiene una
novia hermosa con la que planea casarse y no pide nada más que ser feliz.
Todo se va a la deriva cuando su madre le obliga a cuidar a la desvergonzada hija de su mejor amiga.
La joven lo envolverá en un juego que pondrá en riesgo todo lo que ha conseguido y le convertirá en un
hombre de excesos: adicto a mirarla, adicto a tocarla, adicto a saborear sus labios, adicto a Rebecca.