"Les aseguro que es muy difícil concebir tan conmovedor relato sin alharacas sentimentaloides. Y la prosa precisa. Y que te deje ver las ambiguas sonrisas de sus personajes tan inteligentemente resignados a vivir sus vidas". —Ernesto Ayala Dip, Babelia, El País
"Virginia Higa desciende por vía materna de italianos y por parte del padre, de japoneses. En esta novela ha trabajado la línea materna, más precisamente las vicisitudes de Chiche, radicado en Mar del Plata e inventor de los sorrentinos. Por ella desfilan parientes, clientes, competidores, amigos y enemigos, y sorprenden en ella la pintura de personajes, el humor y la sabiduría en las transiciones. Esta novela se lee de un tirón y no nos deja de sorprender". —Hebe Uhart
"Leve, precisa, tierna, delicada y luminosa. La historia de cómo se inventaron los sorrentinos y de la familia que los inventó. Y en el centro de esa historia: Chiche, un personaje único, lleno de aristas, uno de esos personajes que recordaremos para siempre". —Federico Falco
"Los sorrentinos es una feliz sorpresa en el panorama literario argentino, la primera novela de una de las voces más sutiles y conmovedoras que haya leído en mucho tiempo. Virginia Higa sabe ver la belleza en los detalles y dibujar el arco de una vida con un puñado de anécdotas". —Vera Giaconi
Hace poco más de un siglo, una familia partió de Sorrento y se instaló en Mar del Plata para abrir un hotel y luego una trattoria cerca de la playa. Podría tratarse de una familia cualquiera, de las tantas que inmigraron por esos años, pero esta tuvo una participación especial en la cultura argentina: inventó los sorrentinos, una pasta que hoy se come en todo el país.
La trattoria pasó de las manos de los padres a las de los hijos, y del hermano mayor al menor, el Chiche, un hombre que amaba el cine, la porcelana traída de Europa y la buena conversación, alguien para quien el mal gusto era un rasgo imperdonable y que, apenas con una ocurrencia, podía convertir una situación banal en una anécdota que se contara durante años en las sobremesas.
Virginia Higa recogió las piezas de un relato familiar para escribir una novela sobre este personaje inolvidable, y sobre mujeres y hombres de aparente sencillez que protagonizan amores eternos y soledades profundas, muertes, traiciones y canciones, anhelos de costas lejanas y profecías de videntes, mientras celebran el idioma común de un clan inquebrantable.
Como en las mejores comedias –especialmente las italianas–, en Los Sorrentinos todo se mezcla y se confunde: la risa con el llanto, el destino de una familia con el de un país y la vida bien vivida con la más afortunada de las herencias.