¿De qué se trata una vida? ¿Cómo se cuenta? ¿Con qué propósito?
En Mejor que vivir, el escritor Juan Fernando Hincapié se enfrenta, voluntaria o involuntariamente -tendríamos que preguntarle-, a estas preguntas de la forma más práctica posible: contando; contando la vida de Nández, para ser más precisos. Al hacerlo, da un paso más allá -un paso arriesgado en lo formal y que no se logra muy seguido con la fortuna que, consideramos, logra Hincapié-: dándole la voz al narrador de esa vida, dejándolo contar los motivos que lo llevaron a narrarla.
Son persuasivas todas las cosas que nos cuenta el narrador -esa es la fortuna a la que nos referimos más arriba-: "Mejor que vivir" construye el mundo de sus personajes con materiales bien conocidos por el lector latinoamericano, urbano y de clase media, un lector que las tendencias editoriales dan por muerto últimamente, pero que creemos que sigue muy bien de salud. En este oficio, pocos autores son tan buenos como Hincapié.
No hay nada como jugar PES, cualquiera lo sabe, y eso redunda inevitablemente en que la consigna que da norte a este relato sea indiscutible: jugar es mejor que vivir.
