La exploración urbana tiene todos los ingredientes para que no quieras estar en medio de una y, sin embargo, cada vez más personas la practican. Meterse a sitios abandonados, generalmente de noche, con el riesgo de que se te caiga el techo, te asalten, te golpeen, te sorprenda un animal y hasta encontrase con algún que otro ruido que no puedes explicar (¿crees en los fantasmas?). La nueva tendencia puede ser riesgosa, sí, pero también altamente adictiva.