Es increíble que, a una distancia de siglos, en la sociedad actual se siga actuando tan parecido respecto a las relaciones entre padres e hijos. Entre amigas. En el juicio frente al comportamiento femenino. Me sorprende aún más que el concepto de “novela” de la mayoría de los hombres de esa época sea el que el de algunos guionistas hoy en día. El ingenio de Jane Austen nos lleva de la mano por una novela “rosa” con cambios de dirección muy interesantes, una observación aguda a los usos y costumbres de finales de 1700. La lectura es buena.