Los textos que se reúnen en este libro dan cuenta de un continuo en escenarios distintos: niños pobres, huachos, los hijos de Rosaria hacia 1845, los hijos de Gregorio Ruiz hacia 1912, juan Machuca, de 14 años, hacia el 2000; todos ellos de laguna manera toman aquí la palabra para hablar de su cotidiano, de la suerte de sus padres, de su trabajo con ellos, de su soledad, de sus anhelos. Y al escucharlos sabemos que el futuro -el que les pertenecía y les pertenece- ha sido incierto para ellos, y, la mayoría de las veces, implacable en la discriminación y marginación.