Los mexicanos somos un pueblo garnachero sin remedio, como lo demuestra el ejercito de vendedores que a dairio toma la Garita de San Ysidro en Tijuana para atender los apetitos de 50 mil conductores que esperan cruzan a California. En un sistema ágil como de enorme drive-thru se curan crudas, antojos de embarazo, se termina la fiesta, se sube el colesterol y sobre todo, se hace más llevadera la larga espera para entrar a otro país.