Lo que más le gusta a Karen es bailar. Aunque es una niña humilde, se imagina danzando en los salones con unas hermosas zapatillas rojas. Un día, su madre muere y es acogida por una elegante mujer quien le regala al fin sus soñadas zapatillas. Lo que Karen no imagina, es que un hechicero las pondrá a bailar sin descanso en sus pies.