Es una historia conmovedora con personajes entrañables. De pronto molesta que haya personajes tan excepcionalmente buenos, pero entiendo que la autora apunta a la construcción de un mundo mejor mediante la observación de los preceptos morales y, sobretodo, religiosos.
Me encantó la presentación de los caballos, aprendí mucho sobre su cuidado y el rol que juegan en la sociedad. Transmite un alto aprecio por la vida animal.