La ausencia imprevista y definitiva de este empleado de banco se convierte en manos de Francisco Mouat en una historia alucinante, que tiene que ver tanto con Julio Riquelme como con el ser humano en general, el hombre y su sentido. Hay instantes en los cuales el texto de Mouat adquiere una universalidad arrolladora, pues plantea un conflicto existencial, haciéndonos sentirlo hasta el escalofrío.